La palabra artesanía está bastante bastardeada. Muchos dicen que son artesanos cuando en realidad son meros revendedores. O peor, venden artesanías de otra persona adjudicándose los logros.
En mi paso por la zona de Plaza Cortázar lo he visto. Varios puestos de supuestos artesanos estaban plagados de piezas que no eran artesanías. Eran objetos, de alguna manera hay que llamarlos, comprados en la zona de Once. Las compran al por mayor para luego venderlas al menudeo. A esta gente el título de artesano le queda varios talles holgados. Son simples revendedores.
Con este tipo de accionar los que realmente laburamos con nuestras manos nos vemos perjudicados. Porque caemos en la misma bolsa a la hora de represiones policiales o juzgamiento de parte de la opinión pública.
Lamentablemente no todo el público reconoce una artesanía de un producto semiartesanal o industrializado con acabado manual. Eso pasa con los objetos que vienen del sudeste asiático. Las “artesanías” que entran en forma masiva y por toneladas de la India, Pakistán, Indonesia, Malasia o Vietnam, lejos están de ser auténticas artesanías. En su mayoría son productos seriados con una terminación a mano.
No digo que estos productos no deberían estar en el mercado. Lo que opino es que el público debe tener la información necesaria para no ser engañado. Tal vez habría que hacer un poco de docencia he informar a la gente que es una artesanía y que es un producto terminado a mano.
También hay que batallar con los precios. Una artesanía real tiene un valor. Acá no estamos valorando la pieza en cuanto a su calidad. Sino al trabajo manual que tiene. Lo que leen este blog saben como hago mis artesanías. Si no basta con ver “Artesanías bien terminadas”.
Si alguna artesana o artesano lee estas líneas me gustaría saber su opinión. Tal vez este equivocado en cuanto a mis apreciaciones. O no, y termine de comprobar cuán acertado estaba en mis apreciaciones.
Mauricio Uldane
artesano entelador
http://mauulda.googlepages.com/
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