miércoles, 22 de julio de 2009

Jugar a entelar

El juego es una parte importante de mi vida. Sin juego y sin humor la vida diaria sería muy miserable. Con humor superé un pólipo de 3 centímetros de diámetro en mi intestino grueso. Desde el primer momento supe que era maligno. Enfrenté la situación con humor y salí del paso. Nada está dicho en forma definitiva, pero el humor está ahí. Tan presente estaba que lo llamé Polito.

Me dirán que estoy loco y tal vez tengan razón. Hace tiempo leí una frase del músico Caetano Veloso y, “nadie mirado de cerca es normal”. Creo que la definición es perfecta todos tenemos nuestro rayes, manías y supersticiones. Por eso el jugar es sanador. Muchos y muchas dirán que es inmaduro y les respondo que aquel que madura mucho se pudre... como las frutas.


Por esto entelar para mí es un juego. Pero un juego con reglas como esos de mesa o tablero. Hay juegos muy complicados en donde la estrategia es primordial. Bueno entelar es eso ni más ni menos.

La semana pasada escribí sobre la
pasión la otra pata o columna adonde se apoya el oficio de entelar. Podría prescindir de alguna de ellas, pero no sería lo mismo. El juego es serio y como dije tiene sus reglas. Sólo hay que divertirse y disfrutar el momento de placer que nos brinda.

Para mí es muy placentero entelar, lo cual se convierte en excelente remedio para la ansiedad y el estrés. Sin diversión se transforma en un trabajo que puede ser muy arduo y pesado. Por eso siempre juego a entelar y suele salirme bien... eso dicen los demás.


Mauricio Uldane
artesano entelador