jueves, 10 de enero de 2008

Los regalos para mis amigos

Antes de trabajar de artesano los regalos para mis amigos los hacía como hobby. Más tarde se convirtió en una tradición. También el trabajo artesanal viró a oficio. Cuando muchos me empezaron a decir que esos regalos podían ser comercializados.

El famoso
buzón de Inés Dzienczarski es uno de los regalos que más satisfacciones me trajeron. Hubo otros no tan famosos, pero que igual sorprendieron al destinatario o destinataria. Para hacer este tipo de regalos hay que conocer un poco a la persona que va destinado.

Aún sigo regalando mi trabajo artesanal a mis amigos, aunque también allegados, conocidos o parientes. Pero, no cualquiera es depositario o depositaria de una de mis artesanías enteladas. La dedicación, la pasión y el amor que les pongo no siempre son reconocidos.

Me da placer regalar algo que hice con mis propias manos. Además la sorpresa en las caras es un espectáculo aparte. Ha perdido un poco de novedad, saben a esta altura que la artesanía la hice yo, pero igual me preocupo de sacudir sus sensaciones.

Sorpresa se llevó mi amigo Luis Pérez cuando le regalé un replica de una valija antigua. No podía creer que también tuviera llave con cerradura. Ahí la tiene guardando algo que no quiere que le toquen. Cuando cumplió cuarenta años le hice un número 40 que era un mueblecito con puertas. Julián, el hijo de mi amigo quiso uno para su cumpleaños. Le dije que se lo hacía para cuando cumpliera una cifra redonda. Para sus 10 años se lo armé. Otra vez me pidió un portarretratos entelado en jean. El pequeño Julián Pérez tiene una linda colección de mis trabajos.

A Cristina Becerra le regalé una casa... Sí una casa en miniatura que en realidad es una cómoda. Donde cada balcón es un cajón. Como también es un cajón la puerta de entrada. El año pasado para su último cumpleaños le armé una caja con cerradura y manija de bronce. El interior de la caja es una pollera que me regaló para entelar algo. Me la dio con la condición que cuando le hiciera algo la usara. Mauricio (que no es Macri) cumple, las artesanías enteladas dignifican.

A mi amigo Marcelo Mistó le regalé un estuche para anteojos que lo entelé con pedazos de diferentes jean usados. Lo armé con un tubo o cono de cartón con los laterales de fibrofácil. Para el interior usé la parte de atrás de una tela frisada.

Mi amiga Mónica Savigliano me guarda siempre jeans viejos. Un día se me apareció por casa con una bolsa llena de jeans. Como regalo le hice un calendario perpetuo con un rollo de papel para anotar. Allí toma nota de las cosas que tiene que comprar. Se lo entelé con unos pantalones grises míos que no usaba más. Algún día tenía que poner algo mío.

A la Tía Chencha, en realidad es mi tía abuela y se llama Inocencia, le regalé para un cumpleaños una caja de té. La diferencia era que estaba entelada en corderoy negro con vidrio en al tapa. Según me dijo tiene guardado sus saquitos de té. Cuando alguien necesita uno lo manda a buscar a la caja que le hice.

Como el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos voy a contarles por último que le regalé a Inés, la del buzón. Hace unos años se me ocurrió hacerle un reloj grande de mesa, cosa que no tenía en su casa. El chiste fue hacerle dos puertas a los costados que no parecían puertas. Lo tiene funcionando (siempre que le cambie la pila) sobre un modular grande en una habitación de su casa.

Como se verá los regalos pueden ser muy diferentes y originales. Otros no tanto pero todos son apreciados y queridos por sus propietarias o propietarios. Lo que no saben mis amigos es que en sus casas hay un pedacito mío acompañándolos todos los días, todo el tiempo.


Mauricio Uldane
artesano entelador