viernes, 9 de noviembre de 2007

Del artesano a su mano

Las piezas a medida del cliente suelen traerme muchas satisfacciones para mi ego. Además de alegrías para el o la que encarga la pieza en cuestión.

No siempre se tiene la oportunidad de hablar directamente con quien fabrica una determinada artesanía. Y si se logra dar con el verdadero artesano o artesana no siempre hacen piezas a medida.

Muchos modelos de mis piezas enteladas fueron un pedido especial de un cliente. Luego quedaron como objetos estándar. Si bien la diversidad de piezas puede ser un problema para algunos artesanos, no lo es para mí. Bienvenida la posibilidad de ofrecer a los clientes más
productos.

También suelo escuchar las sugerencias de amigos, parientes o conocidos. Pueden aportar ideas muy creativas o puntos de visita diferentes. Una pequeña caja que me encargó mi cuñado, para un uso muy específico, quedó como un
cofre chico con cierre. Este derivó en una alhajero chico para un cliente, que quería hacer un regalo. No sólo cambió el tamaño de la caja sino que incorporó en su interior un espejo y divisiones para guardar las alhajas. El color lo eligió el cliente y el interior de pana roja fue una elección mía. Una vez que terminé la pieza me gustó como quedó terminada. Así que será un modelo más en mi lista de piezas artesanales enteladas.

Si logro dar con el gusto del cliente en forma y color el éxito está asegurado. Soy feliz cuando el cliente es feliz. No sólo por la parte económica, sino porque he logrado despertar una serie de sensaciones placenteras en la persona que adquirió la pieza. Es un enamoramiento con el objeto. Contra eso no hay precio que valga. Si logro esto, estoy echo como artesano. Más allá del valor nominal de la pieza. El otro valor emocional no tiene precio, ni cifra que lo represente.

Tengo mis limites para hacer piezas a medida. No siempre tienen que ver con la capacidad de trabajo sino con el costo de la pieza. Tampoco puedo decir que hago cualquier cosa. Sé decir no. Algo que muchos argentinos y argentinas no saben. Cuando no puedo hacer un trabajo o este le va a costar un disparate no lo hago. Prefiero decirle que no a la clienta o cliente a mentirle. La franqueza ante todo. Como siempre, no engaño a los clientes con los materiales que uso. Si es cartón, fibrofácil o plástico se lo digo. No vendo gato por liebre porque no me gusta que me lo vendan.

Para los que lean esto saben que en un lugar de la Argentina, en la provincia de Buenos Aires, dentro del Gran Buenos Aires y en la ciudad de San Miguel hay un artesano que hace piezas enteladas a medida. Sólo basta con comunicarse conmigo.

Mauricio Uldane
artesano entelador

http://mauulda.googlepages.com/amedida