Más tarde, cuando hice la página encrudos.googlepages.com, puse la caja en cuestión para ser pintada. Estuvo durmiendo hasta ahora que decidí darle color. También decidí regalársela a mi amiga Inés Dzienczarski, ya que no le había hecho nada para su cumpleaños.
La caja fue armada en su totalidad en fibrofácil (MDF) y luego entelada. Como siempre la tapa tiene topes, que impiden que se vuelque y las consabidas patitas de goma en la base. La caja, que bauticé: Cajarte, fue pintada tanto en su interior como exterior con acrílico.
En la hendidira de la tapa cabe perfectamente una foto de 10 centímetros por 15 centímetros. Esta caja dio origen a las cajas portarretratos, de las cuales hablaré la semana que viene en una entrada de este blog.
Hoy vieron cómo una caja que tenía un destino previo, durmió un tiempo, y finalmente se convirtió en un regalo de cumpleaños. Todo gracias a mi periódo de recuperación de salud, del cual he salido airoso.
Mauricio Uldane
artesano entelador