sábado, 23 de febrero de 2008

El legado que dejaré

La semana que culmina dos personas de ámbitos diferentes me comunicaron lo mismo, me recordaban por mis artesanías en dos momentos del día.

El domingo pasado Graciela Lofrano me dijo que se acuerda de mí cuando cambia el día en el
calendario perpetuo que le regalé para su cumpleaños del año pasado.





El jueves último el doctor Edgardo Marta me comunicó que a la noche me recuerda cuando ve sobre su mesa de luz el buzón alcancía que le regalé cuando me extrajo un pólipo de mi intestino grueso. Evitándome una operación de alto riesgo en mis intestinos.

Estos dos comentarios, a lo largo de esta semana, me hicieron reflexionar sobre el legado que le dejaré a los que me circundan. No tengo hijos y no sé si los tendré alguna vez en lo que me resta de vida. Lo que sí se es que molestaré hasta el fin de mis días.



Hace algunos años una psicóloga, en un programa de radio, me dijo que el hecho de ponerle
nombre a mis objetos entelados era como nombrar a hijos. En realidad son hijos de la creatividad y como tal me gusta ponerles nombre. Además se convierte en un juego con los que reciben mis artesanías.

Juego que prosigue cuando se llevan las artesanías a sus casas y desde allí un pedacito mío está presente todos los días en todo momento. Tal vez ese sea mi legajo, permanecer en la memoria de los que me conocieron a través de mis trabajos entelados con una presencia cotidiana.


Mauricio Uldane
artesano entelador

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