Una pregunta que suelen hacerme al ver mis artesanías enteladas. La respuesta es: en ningún lado y en todos lados. Soy autodidacta en material de bellas artes.
Nunca he realizado curso, taller o seminario en mi vida. Pero, reconozco que la vida me ha dado ciertos conocimientos que vuelco en mis piezas artesanales. No reniego de los estudios especializados en arte. Simplemente no los tengo. Para algunos es una ventaja te dicen: “estás virgen. No contaminado”. Para otros necesitaría algún tipo de curso o taller.
Ahora con el tiempo transcurrido me doy cuenta que la vida me ha dado pautas y pistas que no reconocí. Llegué tarde a las artes. Tenía más de 30 años cuando descubrí que podía hacer trabajos artesanales de calidad. Empecé haciendo artesanías enteladas como un hobby. Ante la respuesta de amigos, parientes y allegados me decidieron por comenzar la comercialización.
Un poco de aquí otro de allá se fueron sumando los conocimientos. Algo de carpintería, algo de tapicería, algo de encuadernación, algo de diseño gráfico o algo de arquitectura fueron armado un bagaje de datos que aplico en mis trabajos.
Siempre se puede sumar un dato o información nuevo. Todo el tiempo se puede aprender de todos los que nos rodean. Sólo hay que estar atento a la nueva información y procesarla de forma correcta.
Una idea, el frente de una casa o una necesidad pueden disparar la creación para armar una nueva pieza. Estos datos pueden estar latentes por mucho tiempo. En algún momento echaré mano de esa información.
He descubierto que mi cerebro guarda información en forma inconsciente. Me ha pasado de hacer una caja y su forma me era familiar, pero no lograba descubrir porque. Tiempo más tarde descubrir en una vieja película, que repetían por enésima vez en la tele, un objeto muy parecido formaba parte de la escenografía.
Me pasa que al ver una escena, fotografía o película presto atención a cosas que están en un segundo plano. Y que casi nadie ve. Porque ocurre no lo sé, pero me pasa. A veces esa información termino usándola para hacer una caja o un mueble en miniatura. También puede dispararme mi atención algo que veo en un comercio, en la calle o la moldura en una casa.
No siempre es malo no tener formación académica. Esta información nos allana el camino, sobretodo en el uso de materiales, pinturas o técnicas de arte. El resto es práctica y experiencia. Este proceso es más lento pero lo que se aprende rara vez se olvida.
Mauricio Uldane
artesano entelador
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