Luego
de casi 8 años de construida, finalmente, vendí la Cofrela G una caja
entelada en corderoy, en su parte externa, a una compañera de trabajo de mi
hermana. Sinceramente pensé que la caja con cierre bronceado me quedaría definitivamente
de clavo.
Pero
la venta no se hizo a través de Internet sino que la clienta necesitaba un
alhajero de generosas dimensiones y vio la Cofrela
G , que se la mostró mi hermana, y se la quedó. Para mí fue
una suerte en poder vender una caja que tenía tantos años de fabricada.
Muchos
admiraron esa caja entelada en corderoy, pero nunca nadie la compró, hasta que
apareció la compañera de trabajo de mi hermana. No la compraron porque le
faltaran elogios, sino porque no se sintieron motivados para desembolsar el
dinero que salía.
Muchos
quedaban impactados con su interior entelado en pana sintética de color rojo,
pero eso no lo incitaba a la compra. Elogios y más elogios, pero ninguna venta.
Pasaron 8 años y por fin apareció una persona que se interesara por esa “vieja”
caja.
Mauricio
Uldane
Artesano
entelador
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