Arrancó la temporada
2015 del alquiler de los buzones grandes entelados, llamados Buzonela. Un año más de prestar un
servicio que le sirve a la gente y que terminan recomendando. Y de eso les voy
a contar de cómo se dieron los primeros alquileres de este año.
El primer
alquiler realizado, pero no fue el primero en ser reservado, fue para un
amigo que ya había alquilado en el año 2013 para el casamiento de su sobrina.
Ahora era para una amiga que cumplía años y que terminó juntando el dinero para
donarlo a una escuela en la provincia de Formosa. Eso fue el viernes 6 de febrero.
Para el fin de semana siguiente ya tenía la reserva,
con anticipación, de dos buzones para el sábado
14 de febrero, el Día de San Valentín. Uno en la localidad de San Antonio de Padua, en el Gran Buenos Aires fue para el hermano
de un cliente que había alquilado, hace exactamente dos años atrás, un buzón
para su casamiento. Ahora el que se casaba era su hermano.
El otro servicio de alquiler de un Buzonela lo realicé en el barrio de Boedo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hasta ahí nada fuera de lo común.
Muchas personas llegan por recomendación, pero otras buscan en Internet algunos
de los sitios donde promociono mi servicio de alquiler de buzones. Y eso pensé
que era para este caso. Ala Maula, OLX, la página de los buzones, la
página de las artesanías enteladas o un viejo aviso en Mercado Libre, que no está activo, pero ranquea en las búsquedas
de Google.
Pero no sería así y ya verán la historia que hay
detrás de este alquiler de Boedo. El
sábado por la noche, al regresar a mi casa, encontré en el contestador de Telefónica un mensaje de una mujer que
quería alquilar un buzón para el sábado
21 de febrero. Nada fuera de lo normal. Al llamar al teléfono de línea, de
donde habían realizado la llamada, oí algo de ruido ambiente. Antes había
llamado al número de un teléfono celular que me indicó la persona, pero nadie
contestó.
La respuesta de la mujer, al otro lado del teléfono,
era que justo estaba por empezar una fiesta y el celular lo tenía apagado. El
teléfono al que hablaba era el de un salón
de fiesta. Ya no entendía mucho de la situación. Pero mi sorpresa iría en
aumento cuando la mujer del salón de fiesta me contó que uno de mis buzones entelados
estaba junto a ella. Era la dueña del salón de fiestas donde estaba el Buzonela número 28 que había alquilado
en el barrio porteño de Boedo. ¡El
mundo es chico!
Pero las sorpresas siguen porque en ese salón de
fiestas mis buzones grandes entelados ya habían estado presentes en dos ocasiones durante el año 2014. Hacia fines del año pasado un
cliente me había dicho que llegó a mi servicio de alquiler por el comentario de
la dueña del salón de fiesta, a una cuadra de su casa. Era la misma persona con
la que estaba hablando el sábado 14 de
febrero por la noche.
Lo que esta mujer quería era reservar un buzón para
el casamiento de su hermana el sábado 21
de febrero. Estamos en eso de concretar el servicio. Pero no termina ahí
toda esta breve historia de cómo las personas llegan a mis buzones grandes
entelados que se alquilan para casamientos,
cumpleaños, 15 años, muestras de arte
o lo que se les ocurra.
El domingo 15
de febrero al retirar el buzón del barrio de Boedo, porque el servicio que presto es puerta a puerta, descubro por el comentario del flamante esposo que
este trabaja para la dueña del salón de
fiesta, que está en el barrio de Almagro
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
y que llegó a mi servicio de alquiler por recomendación de ella.
La dueña del
salón de fiestas me llamó por el teléfono que figura en el llavero del Buzonela, donde también figura la
página de los buzones entelados. Un círculo que se cierra y en el medio están
mis buzones entelados que vengo fabricando desde el año 2003. Y todo gracias al alquiler de buzones que vengo concretando
desde febrero de 2012. Ya estamos en
el cuarto año de alquilar buzones
entelados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores, con algunas
excepciones como el Buzonela, el
mismo número 28, que se fue de
Buenos Aires a Rosario y volvió.
Les cuento esto para que entiendan como funciona
este servicio donde lo más importante para mí es la responsabilidad ante el cliente o clienta. Por eso voy al
domicilio que me indiquen y no a un salón de fiestas, salvo que los que
alquilen el servicio sean los dueños del local. Un servicio que cumple con los
horarios pautados de antemano. Porque los buzones entelados pueden ser muy
atractivos y originales, pero de nada sirve si no cumplo con la palabra empeñada. Sino no habría
recomendaciones o el boca en boca no
se hubiera dado en estos dos, o tres, fines de semana donde arrancó la temporada 2015 del servicio de alquiler
de buzones grandes entelados.
Espero que esto despeje las dudas que algunas
personas puedan tener por este servicio o de cómo respondo ante los clientes.
Para dudas están, en la página de los
buzones, los comentarios reales de algunos de los clientes satisfechos por
el servicio. Eso es lo mejor que me puede pasar y esto recién empieza. ¡No se vayan, que ahora viene lo mejor!
Mauricio
Uldane
Artesano
entelador
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